& BIENVENIDOS &

"...este es mi más precioso refugio
un refugio privado en un lugar público
un refugio que inicio en esta fria y lluviosa tarde de invierno
en un lugar perdido en el mapa..."



Extraido de "El Blog de Julieta Penino"

miércoles, 4 de agosto de 2010

o.O ;)

A verr como empiezo esto?? Supongo que tengo que comenzar por explicar, lo que me llevo a cambiar de taza para tomar la leche. Si se que suena tonto, pero es algo bastante reflectivo. El lunes me desperté temprano, para ser exactos a las 7:45 de la mañana. Desayune, me lave los dientes, me vestí, prepare la guitarra y partí hacia la escuela de música. Tuve las clases de siempre, volví a mi casa caminando sola por las cuadras de san Martin, hundida en un mar de pensamientos hasta llegar a mi casa sin darme cuenta. A la 1:00 partí hacia la escuela. Hice lo que hago siempre. Para las 5:00 ya me veía en el pasillo de la escuela, con la campera y la mochila conversando con mis amigos o mirando por la ventana. Al llegar a mi casa prepare la leche para mí y para mi hermana. Después de una breve merienda, exactamente a las 6:30 me fui al ingles. La profesora me reto por hablar mucho. Como siempre. Volvi a mi casa, hice los deberes y me dedique a practicar con la guitarra. Luego cene y me acosté pensando que no tendría que madrugar al otro día, y me puse a leer Martina Valiente. Al otro día, me levante a las 11:30, me vestí, almorcé, fui a la escuela, volví, hice los deberes, practique guitarra, cene, me acosté y me puse a leer ignorando que al otro día tendría que madrugar. Hoy me levante, fui a la escuela de música, volví, almorcé, fui a la escuela, volví, y ahí fue cuando me di cuenta de que estaba ignorando algo muy importante. Me puse a pensar, todos los días de mi vida eran exactamente iguales, como si alguien lo hubiera copiado de un libro. Entonces decidí que aria algo pequeño para que ese día fuera diferente. Llegue a mi casa, y cuando iba a hacer la leche elegí esa tasa de cachorros en un patio que me había regalado mi tía el año pasado, en vez de la tasa enorme de la rata de peluche que me habían regalado en mi cumpleaños. Y aunque suene extraño, con ese simple acto, me puse contenta, y seguí preparando la leche.

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